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LOS CONTAMINANTES AMBIENTALES Y LA LACTANCIA MATERNA. |
Dr.
José María Paricio Talayero, Jefe de Servicio de Pediatría Comité
de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría Hospital Marina Alta. Denia, Alicante (Hospital amigo de los niños OMS/UNICEF-1999) |
La aprensión justificada
a la contaminación ambiental, las informaciones difundidas sobre la existencia
de contaminantes en la leche materna junto al esoterismo que suponen los
diversos controles, indicadores y terminología específica para sanitarios no
iniciados en temas medioambientales, viene a crear confusión, cuando no, miedo,
a amamantar en muchas situaciones. Si bien es cierto que
muchos contaminantes ambientales, en especial los persistentes orgánicos, se
acumulan en tejidos grasos y se eliminan bien por la leche, no hay estudios que
demuestren un incremento en los riesgos para la salud del bebé debido a la
contaminación química encontrada habitualmente en la leche de la madre. Por
otra parte, hallamos los mismos contaminantes sea en el polvo de los preparados
para lactante, sea en el agua para su reconstitución y no sólo hay suficiente
bibliografía que demuestra el incremento en los riesgos para la salud de los niños
alimentados con dichos preparados en vez de leche materna sino que recientemente
se ha comprobado el efecto beneficioso de la misma para el desarrollo
intelectual en lactantes amamantados en una zona ampliamente contaminada en la
que hay exposición prenatal y por lactancia a productos organoclorados. Según la OMS, los beneficios de la lactancia materna tienen más peso que el
riesgo derivado de bajos niveles de contaminantes ambientales en leche humana,
en muchos casos inferiores a los de leche de vaca u otros alimentos. El que se esté usando la leche materna para monitorizar niveles de
contaminación es una estrategia que responde a la comodidad y adecuación de la
muestra y no a la preocupación intrínseca por la calidad de la misma leche.
Esta estrategia, que es malinterpretada y muy mal vivida por la población, en
especial cuando se airea de manera periódica en la prensa no especializada,
debería cambiar radicalmente buscando otro tipo de muestras, pues contribuye
inadvertidamente a desprestigiar la lactancia materna. Las madres laboralmente
expuestas pueden amamantar si se cumplen las leyes de ventilación de
dependencias y demás estrategias y controles que respeten los Valores Límite
Umbral o Ambiental o VLA (Treshold Limit Value, TLV anglosajón) de cada
sustancia peligrosa. No es preciso analizar la
leche salvo exposición extraordinaria, pero es conveniente aplicar el principio
de prudencia: los VLA están fijados “a la luz de los conocimientos
actuales” y sus valores han ido disminuyendo en las últimas décadas: en el
estado español se contempla y legisla la conveniencia de cambio de puesto de
trabajo dentro de la misma empresa a mujeres lactantes en el caso de exposición
a contaminantes ambientales y radiaciones ionizantes, si bien con menos convicción
que en caso de embarazo. BIBLIOGRAFÍA: Greer FR, Shannon M; American Academy of Pediatrics Committee on
Nutrition; American Academy of Pediatrics Committee on Environmental Health.
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Descargable
en http://www.pehsu.org/az/az.htm
Ley 31/1995, de 8 de noviembre de 1995 de prevención de riesgos
laborales. Real Decreto 783/2001, de 6 de julio, por el que se aprueba el
Reglamento sobre protección sanitaria contra radiaciones ionizantes. Real Decreto 374/2001, de 6 de abril, sobre la protección de la salud
y seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con los agentes
químicos. Real Decreto 1425/1998, de 3 de julio, por el que se modifica el
Reglamento sobre clasificación, envasado y etiquetado de preparados peligrosos,
aprobado por el Real Decreto 1078/1993 Directiva del Consejo 92/85/CEE de 19 octubre, relativa a la aplicación
de medidas para promover la mejora de la seguridad y de la salud en el trabajo,
de la trabajadora embarazada, que haya dado a luz o en período lactante.
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