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Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla 1617 -1682), pintor barroco, discípulo de Alonso Cano y muy influenciado por Van Dyck, Tiziano y Rubens. Este dibujo de 1670 se conserva en el Museo Boymans de Rotterdam.
El tema de la Caridad Romana, Caritas Romana, en el que una mujer joven amamanta a un hombre adulto, su propio padre, ha sido muy representado en pintura y escultura a partir del Renacimiento, tiene sus orígenes en dos historias del libro V de Facta et dicta memorabilia (Hechos y dichos memorables) escrito por Valerio Máximo (20 a.C – 50 d.C) hacia el año 30 d.C.
En la primera (5.4.7), una madre condenada a morir de inanición, no muere al cabo de semanas al ser amamantada por su hija que la visita diariamente en la prisión; es perdonada por la autoridades, conmovidas al descubrir la causa.
En la segunda (5.4. ext. 1), es un padre, Micon o Cimon el que es salvado en idénticas circunstancia por Pero, su hija.
El tema, motivo de representaciones artísticas en ese tiempo, como comenta Valerio Máximo y puede verse en frescos de Pompeya, era puesto como ejemplo de devoción filial: lo terrible de la condena intenta obviar las connotaciones erótico-incestuosas del hecho.
“Idem praedicatum de pietate Perus existimetur, quae patrem suum Mycona consimili fortuna adfectum parique custodiae traditum iam ultimae senectutis velut infantem pectori suo admotum aluit. Haerent ac stupent hominum oculi, cum huius facti pictam imaginem vident ....”
“En la misma consideración se ha de tener la devoción filial de Pero, que a su propio padre Micón, cuando éste sufrió una similar desgracia e igualmente estaba confinado en prisión con una edad muy avanzada, lo amamantó, acercándolo a su pecho como un bebé. Los ojos de los hombres quedan fijos y estupefactos cuando contemplan un cuadro sobre este tema ...”
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