Desde la antigüedad se ha tenido a la leche de mujer como un remedio para diversas enfermedades también del adulto. Plinio el Viejo la recomienda para enfermedades de los ojos y para la fatiga en los ancianos y la Enciclopedia de D’Alambert et Diderot la da como buena para tratar el marasmo y la tuberculosis. La leche de mujer ha sido empleada tradicionalmente en muchas culturas como remedio popular para tratar y prevenir infecciones locales, como conjuntivitis y otitis y en las curas del cordón umbilical. Se ha investigado científicamente su eficacia, con resultados dispares. Se sabe que "in vitro" la sensibilidad del estafilococo aureo al calostro es del 50% y a la leche madura del 0%, mientras que para coliformes las sensibilidades son del 57 y 28% respectivamente. El fotógrafo Raphaël Gaillarde de la agencia Gamma capta la aplicación de gotas de leche en el ojo de un anciano, posiblemente en algún lugar de América. |